El frío y los trabajos manuales dañan mucho nuestras manos por ello debemos tener cerca una buena crema de manos para cuidarlas.
Llevo años llevando en mi bolso crema porque siempre en invierno termino con las manos muy secas y dañadas, por este motivo me parece muy interesante conocer una receta de crema de manos que nos guste realmente. Que mejor que hacerla nosotros, a nuestro gusto según nuestras necesidades y libres de químicos.
Durante estos años he escrito varias recetas sobre crema de manos algunas son mas protectoras y otras mas cicatrizantes. Esta crema de la que hablamos en este post es una crema reparadora y protectora, está indicada para aplicarla antes de trabajar con nuestras manos por ej. en nuestro jardín (se recomienda que nos lavemos las manos antes de aplicarla para que nutra bien) pero también nos servirá como crema diaria.
Ingredientes
- 10 gr. de flores y/o hojas de Malvavisco.
- 10 gr. de flores de Manzanilla.
- 10 gr. de cera de abeja rallada.
- 10 gr. de manteca de Karité.
- 50 ml. de aceite de caléndula (puede ser una maceración en aceite de oliva por ej.)
- 10 gotas de aceite esencial de Lavanda.
- 5 gotas de aceite esencial de Árbol de té.
- 5 gotas de aceite esencial de Naranja.
- 5 gotas de aceite esencial de Benjuí o una cápsula de vitamina E, nos servirá como conservantes.
Elaboración
Ponemos agua mineral en un cazo y lo ponemos al fuego, cuando comience a hervir añadimos el malvavisco y la manzanilla, bajamos el fuego a fuego lento y lo dejamos durante 10 minutos. Pasado este tiempo lo dejamos reposar y cuando este tibio filtramos el líquido, necesitamos obtener 40 ml. de infusión.
Ponemos un bol de cristal al baño maría, en el recipiente añadimos la manteca de karité, la cera y el aceite de caléndula, vamos removiendo bien para que todo se derrita completamente. Calentamos la infusión obtenida anteriormente, hasta que llegue a cocer.
Añadimos la infusión caliente lentamente a nuestra mezcla de karité, cera y caléndula, batimos nuestro preparado con una batidora o robot hasta que todo se quede una crema homogénea.
Una vez obtengamos una masa cremosa le incorporamos los aceites esenciales y la vitamina E, mezclamos bien. Una vez este todo bien, guardamos nuestra crema resultante en botes de vidrio limpios y esterilizados, los cerramos bien.
Podemos guardar la crema en la nevera (sobre todo si es verano) o en un lugar seco y oscuro.