Llega el verano y nos apetece tumbarnos al sol y ponernos morenitas, pero cada vez vamos tomando más consciencia de los peligros que ello supone si no lo hace os con las precauciones adecuadas.
Primero, no deberíamos exponernos a los rayos solares entre las 12:00 y las 16:00, es cuando el sol está más alto y es más perjudicial.
Y en segundo lugar, debemos utilizar una protección solar adecuada.
La cosmética natural prefiere los protectores físicos, también llamados minerales, ya que no penetran en la piel y su acción se basa en reacciones químicas.
Se componen de una crema base de ingredientes naturales a la que se añaden minerales como el dióxido de titanio o el óxido de cinc, finamente pulverizados. Éstos actúan de pantalla y reflejan la radiación solar que llega a la superficie de la piel, evitando que penetren en el organismo.
Beneficios
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Muchos filtros químicos llevan ingredientes que pueden interferir en diferentes ciclos hormonales y alterar el organismo.
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El efecto es inmediato.
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No penetran en la piel.
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Provocan menos alergias.
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También protegen contra las radiaciones ultravioleta A y B.
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No se alteran con el calor, por lo tanto pueden ser útiles durante más tiempo.
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Hay una gran investigación en este campo y cada año aparecen nuevos productos mejorados. Ya no son productos pastosos que nos blanqueaban, van siendo más fluidos y de mejor absorción y más resistentes al agua.
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Hidratan y nutren. Suelen llevar en su formulación extractos vegetales, vitamina C, carotenoides, etc.
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Son biodegradables. Existen ya playas de determinados países donde son obligatorios porque no contaminan el agua ni crean problemas ecológicos.
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Broncean de forma duradera, aunque tarden más en broncearnos.
Hay que recordar que las cremas solares se han de usar sin escatimar ni olvidar ninguna zona y que se han de renovar cada 2 horas.
Se recomienda tomar el sol de forma gradual, empezando por breves períodos.