Este post esta escrito por M. Àngels Vidiella terapeuta del centro Fac que han querido colaborar con nosotros para hablarnos sobre las alergias alimentarias, os dejo con el artículo 🙂
Una intolerancia alimentaria se produce cuando el intestino de la persona no metaboliza bien un determinado alimento y crea una toxina.
La toxina queda depositada en el intestino –y, por consiguiente, desplaza la flora intestinal– y se va multiplicando hasta dañar las paredes del mismo, que se hacen porosas. Esto tiene como resultado que las células del organismo se nutren de una toxina y el individuo no tardará en notar las consecuencias en el organismo.
Los efectos negativos en el organismo
La inmensa mayoría de las consecuencias son a nivel gástrico: barriga hinchada, pesadez abdominal, estreñimientos, diarreas, halitosis, malestar gástrico diario o incluso un aumento de peso de manera descontrolada que la persona no relaciona con la comida. Son menos habituales las cefaleas migrañosas.
Cómo saber a qué alimentos somos intolerantes y cómo tratarnos
El análisis de una muestra de sangre permite detectar a qué alimentos es intolerante una persona. Para tratar esas intolerancias hay que tomar medidas en dos direcciones. Por un lado, se deben dejar de consumir aquellos productos a los que se es intolerante durante tres o cuatro meses (la amplitud de este periodo depende del grado de intolerancia), que es el tiempo que la flora intestinal necesita para recuperarse. Al incorporar otro tipo de alimentos en la dieta, la persona se acostumbra a comer de todo, a tener una dieta más rica y variada. Al fin y al cabo, ese es el objetivo final, puesto que cada alimento nos aporta algún nutriente.
Por otro lado, hay que someterse a un tratamiento homeopático cuya función es eliminar la toxina depositada en el intestino. Ambas medidas se deben tomar a la vez y tan importante es la una como la otra.
Transcurridos unos cuatro o cinco meses, hay que volver a repetir el test. Si la persona ha seguido bien el tratamiento, puede que ya no tenga ninguna intolerancia o, en el peor de los casos, el análisis le dirá que es intolerante a unos pocos alimentos. De hecho, después del tratamiento al individuo le será fácil identificar sus pocas intolerancias alimenticias.
El ranking de las intolerancias alimentarias
Los alimentos que lideran las intolerancias alimentarias –aquellos que coinciden en más personas– son los productos lácteos (leche, yogures, quesos, etc.) y las harinas refinadas (bollería, galletas, pasta, etc.). Los primeros quizás deban substituirse por leche de avena, de almendras o de arroz. Las harinas refinadas seguramente deberán cambiarse por semillas o productos integrales. También es cierto que existen más intolerancias a determinados tipos de carne que al pescado, porque es más habitual el consumo de carne y el cuerpo queda sobresaturado de este tipo de proteínas.
Las intolerancias alimentarias no tienen nada que ver con la idea de comer sano. Incluso una alimento sano como la lechuga puede provocarlas. Y, de hecho, la lechuga es uno de los productos que a menudo aparece en los test de intolerancias.
Bloqueos de origen familiar
Aplicando el método Keymac, se ha detectado que son más propensas a las intolerancias alimentarias aquellas personas que han sufrido un bloqueo provocado por emociones mal digeridas y relacionadas con el ámbito familiar. De hecho, este tipo de bloqueo energético afecta la zona del vientre y tiene consecuencias físicas como flatulencias, estreñimientos, diarreas, ardores y digestiones difíciles. En el caso de aquellos pacientes en tratamiento terapéutico para liberar bloqueos energéticos, conviene que se sometan al test de tolerancias alimentarias, modifiquen su dieta y tomen la medicación homeopática antes de concluir el tratamiento a través del método Keymac. Así la persona notará un mayor bienestar y facilitará la recuperación completa de la zona del vientre.
M. Àngels Vidiella, Nutricionista, dietista y reflexóloga holística en FAC Centre Terapèutic Alternatiu de Catalunya.
Muchísimas gracias por la información, me sirve de mucho. Pero le explico mi caso por encima, a ver si puede ayudarme.
Poseo intolerancia al huevo, la cuál me descubrieron a los 21 años tras muchísimos problemas digestivos, nerviosos, etc… hasta el punto de no digerir el alimento y eliminarlo tal cuál. Después de endoscopias, etc los médicos no daban exáctamente con esto, hasta que acudí a una naturista por otro problema y me lo descubrió a través de kinesología.
Tardé como un año en recuperar la flora y tolerar mejor los alimentos, pero a día de hoy, 4 años después, el huevo o cualquiera de sus derivados o trazas ni probarlo.
Dices que hay que seguir un tratamiento homeopático para eliminar la toxina, no sé en qué consistirá exáctamente pero creo que en mi caso no lo hice, solo tomé suplementos de vitaminas y minerales y defensas para volver a equilibrar la flora.
Por lo que comentas se puede superar la intolerancia definitivamente? ¿para ello hay que eliminar esa toxina? Porque la verdad es que dificulta la vida diaria a la hora de salir y comer fuera.
También comentas el bloqueo energético en la zona del vientre y eso es algo que noto bastante y me ocurre muy a menudo. En el momento que me irrito por algo tengo el vientre hinchado, dolor de estómago y la comida me sienta mal. Lo único que he encontrado mejoría es a través de la gemoterapia y con aumento de autoestima, pues suelo tener la energía muy baja a consecuencia de esto.
¿Qué me recomiendas? ¿Dónde puedo acudir?
Gracias de nuevo.
Un saludo,
Laura.