Para todas aquellas personas que tienen un trabajo intelectual o personas estudiantes o que necesitan una mayor concentración, o en exámenes o pruebas llevar una alimentación sana y rica en ciertos nutrientes es de una grandísima ayuda.
El cerebro es el órgano encargado de lo relacionado con el “trabajo intelectual”.
Para poder ayudarlo debemos saber cómo funciona; su unidad celular es la neurona, las cuales se comunican entre ellas mediante impulsos nerviosos y que liberan sustancias transmisoras que influyen en otras células y desencadenan una reacción. Estos transmisores llamados neurotransmisores, los más conocidos son acetilcolina, adrenalina, noradrenalina, dopamina y ácido glutámico y serotonina.
Los aminoácidos (tirosina y triptófano) son los precursores y las sustancias a partir de las que se forma la noradrenalina y serotonina. Los aminoácidos son los componentes que forman las proteínas, por ello el consumo de proteínas va a ser una pieza clave.
Otro consumo a tener en cuenta es el del oxígeno.
Y el fósforo (gracias a el conseguimos las moléculas de ATP) y la glucosa también son indispensables para dar energía pues se ha comprobado que el cerebro no utiliza grasas para poder obtener energía.
Muchas veces no se tiene en cuenta y es igual de importante realizar un descanso cuando se lleva dos o tres horas seguidas para desconectar y consumir una mediamañana o mediatarde para reponer. Y realizar comidas muy abundantes y difíciles de digerir genera muchos problemas a la hora de concentrarse y de estar espabilado, pues debemos gastar mucha energía en poder digerirlas luego por eso haremos comidas pequeñas y nutritivas.
¿Cómo debemos comer?
Sabiendo lo que mayoritariamente necesita el cerebro, los alimentos que estarán presentes en nuestra alimentación serán:
- Alimentos ricos en Fósforo: quesos curados, sardinas, mariscos, chocolate, huevos, yogures y carne de cerdo y pollo.
- Alimentos proteicos o combinaciones de alimentos con el mayor número de aminoácidos posible: alimentos de origen animal como carne, pescado, huevos, derivados lácteos y alimentos de origen vegetal complementando legumbres con semillas o cereales con legumbres o cereales con frutos secos.
- Alimentos ricos en glucosa de absorción lenta: cereales integrales, legumbres, harinas integrales, verduras, frutas, azucares integrales, etc.
- Alimentos ricos en vitaminas del grupo B, que ayudan a equilibrar el sistema nervioso y a la formación de neurotransmisores y energía: alimentos integrales, verduras, levadura de cerveza, germinados, frutos secos crudos, semillas crudas, vísceras, carnes rojas y hongos.
Me gusta mucho esta página que tiene consejos muy bien fundamentados
Muchas gracias 🙂
Un abrazo.