Este breve relato es del libro «Déjame que te cuente», de Jorge Bucay. Creo que merece la pena compartirlo y darle difusión porque saber disfrutar del presente no todos sabemos.
Dicen que Diógenes iba por las calles vestido con harapos y durmiendo en los zaguanes.
Cuentan que, una mañana, cuando estaba amodorrado todavía en el zaguán donde había pasado la noche, pasó por aquel lugar un acaudalado terrateniente.
Diógenes lo miró en silencio sin hacer ni un movimiento.
Algunos cuentan que el diálogo siguió así:
Por mucho que lo intento, no puedo evitar rascarme cada vez que escucho la palabra…
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Hoy voy a hablar de la leche virginal. Quiero recordaros que hace unas semanas os…
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