Compresas o cataplasmas de jengibre.

El Jengibre es una planta asiática que se puede utilizar tanto de forma externa como interna y esta vez he querido hablar de forma externa, para ver en qué casos podemos utilizarla.

Es un tratamiento externo que ayuda a estimular la energía y la sangre en una zona, por eso será un buen remedio para dolores crónicos que estén relacionados con disminución de energía o estancamientos de energía y circulación, por ejemplo; artrosis, lumbalgias, dolencias frías, cólicos renales, celulitis, flujo menstrual estancado o insuficiente, congestión pulmonar, etc.

Ingredientes

• 1 litro de agua.
• 1 cucharada sopera de jengibre rallado fresco. Si no es posible entonces usaremos seco en polvo.

Preparación

Hervir de 4 a 5 litros con la cantidad respectiva de jengibre, apagar el fuego y remover con una cuchara de madera el agua hasta que las burbujas del fondo salgan a la superficie en forma de espuma, aproximadamente lo dejamos reposar unos 10 minutos.

Empleo y uso

Introducir una toalla en el agua y empaparla, si coge color rápidamente el jengibre era fresco sino tardara un poco más. Escurrirla bien y aplicarla en caliente sobre la zona a tratar y retirarla hasta que deje de estar caliente. Para conservar mejor el calor se puede añadir otra toalla o un paño grueso por encima.

Ir cambiando la toalla a lo largo de 15 minutos aproximadamente.

Precaución

No se debe aplicar en la cabeza ni en zonas inflamadas que estén calientes, ni en el embarazo, ni en alteraciones de la vesícula biliar como cálculos renales, ni sobre el corazón, ni a niños menores de 5 años.