El aceite de almendras dulces, rico en vitaminas antioxidantes, se ha utilizado desde épocas remotas con fines cosméticos. Sus ácidos grasos esenciales contienen principios activos beneficiosos para el cuidado de la piel y el cabello y resulta adecuado hasta para las pieles más sensibles, incluso la de los bebés.
Los masajistas lo usamos como aceite base, casi siempre, para el masaje ya que su consistencia ayuda a deslizar las manos con facilidad, ayudando en la relajación de los tejidos. A veces se usa solo y otras como vehículo de aromaterapia.
Se puede aplicar directamente sobre la piel o el cabello o mezclado con otros aceites como el de rosa mosqueta, germen de trigo, pepita de uva, etc.
Hace poco hablábamos de las vitaminas esenciales para nuestra piel, vía externa e interna, y el aceite de almendras dulces es otro de los grandes alimentos para ella.
Su alto contenido en vitaminas A y E lo convierte en un aliado magnífico para luchar contra los signos visibles del envejecimiento cutáneo, pues mejora el aspecto de la piel y atenúa las pequeñas arrugas.
Es un regenerador natural que estimula la producción de colágeno y elastina, aportando suavidad y elasticidad. También favorece la hidratación, ya que ayuda a retener la humedad formando sobre la piel una barrera impermeable, que además protege la epidermis de las agresiones externas.
Es emoliente, con lo que ablanda las durezas de la piel y previene la aparición de estrías, por lo que se aconseja durante el embarazo.
Se utiliza en el tratamiento de eccemas, ictiosis, psoriasis y otras irritaciones cutáneas, ya que alivia picores e inflamaciones.
El aceite de almendras proporciona brillo y suavidad a los cabellos maltratados por agentes químicos o castigados por el sol. También revitaliza los cabellos secos y quebradizos y alivia el prurito producido por exceso de sequedad en el cuero cabelludo.
Para aplicarse el aceite sobre el cabello, puro o mezclado con otros aceites, se extiende previamente templado al baño María, por ejemplo, sobre la masa capilar sin dejar de masajear. A continuación se cubre la cabeza con un gorro de ducha y se deja actuar 15 ó 20 minutos. Finalmente se lava con un champú suave.
Mascarilla para cabellos secos. Ya hemos hablado también de otras recetas de cosméticos naturales para el cabello. Pues aquí os dejo otro truco más para cabellos ásperos y apagados:
Ingredientes:
Otra opción es pelar un aguacate maduro y triturarlo junto con una cucharada de aceite de almendras hasta conseguir una mezcla homogénea.
Aplicación:
Se aplica a lo largo y ancho de toda la masa capilar, intentando no engrasar demasiado el cuero cabelludo, y se lava a los 25 minutos.
Muchas mujeres, a lo largo de la historia, han impregnado sus pestañas antes de acostarse con aceite virgen de almendras con el fin de dejarlas sedosas, nutridas y brillantes.
Para hacerlo basta con aplicar una cantidad mínima en un bastoncillo de oídos y pasarlo por las pestañas, previamente desmaquilladas. Se ha de procurar que no entre en contacto con los ojos porque podría irritarlos.
Ahora toca poner en práctica estos conocimientos para cuidarnos un poquito más de forma natural.
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