Todos hemos escuchado «hacer ayuno» y muchas veces lo asociamos a un acto de locura, pero ¿qué es realmente? ¿Es bueno para nuestro organismo? ¿Lo puede hacer todo el mundo?
Nuestro cuerpo, por nuestro ritmo de vida, necesita parar su actividad de cuando en cuando. Para darle este merecido descanso, utilizamos el ayuno.
Recuerda que el ayuno no debe ser considerado nunca como una dieta, aunque la pérdida de peso sea una consecuencia directa.
Es la abstinencia de todo alimento por un período definido de tiempo, durante el cual el cuerpo solo se “alimenta” de agua y de sus propias reservas. También se la conoce como “dieta cero”. Al no invertir energía en la utilización de alimentos, la orienta hacia el proceso curativo.
El ayuno desde siempre ha formado parte de la vida diaria de la humanidad. Está asociado a la religión a través del ramadán musulmán, la cuaresma católica, la figura de Gandhi y todo tipo de meditaciones orientales. Se ha utilizado de forma recurrente para poder liberar la mente y buscar claridad mental.
Se ha utilizado de forma terapéutica, es decir, para curar enfermedades. El ayuno es una buena manera de “dar vacaciones” a todos los órganos digestivos, incluidos el hígado y páncreas.
El Dr. Beaumont descubrió que en estados febriles se secreta muy poco o ningún jugo gástrico. Por eso, la importancia de no introducir alimentos en el estómago con fiebre. No proporcionan ninguna nutrición, en realidad son fuente de irritación para ese órgano y para todo el sistema. Los alimentos pueden permanecer de 6-14 horas sin sufrir cambios, solo fermentación y putrefacción.
Mientras ayunamos se comienza la eliminación o limpieza. El cuerpo elimina las sustancias de desecho y residuos tóxicos acumulados con el tiempo que, en esta vida moderna, se producen constantemente.
En las primeras horas del ayuno el cuerpo consume glucosa de la sangre y la almacenada en el hígado y músculos en forma de glucógeno. Posteriormente, transforma sus reservas grasas y luego proteínas.
Cuando las reservas se agotan, el cuerpo comienza a digerir las partes y órganos más vitales (llamado inanición), nunca debemos llegar a este punto porque conduce directamente a la muerte.
La primera desintoxicación que ocurre durante el ayuno es la desintoxicación celular. Estas toxinas pasan al líquido extracelular, de éste a la sangre, y por las venas llegan a los órganos de eliminación.
Una vez avanzada la desintoxicación, el cuerpo puede comenzar la regeneración de las zonas enfermas, siempre que sea posible. Las sustancias de desecho se eliminarán a través de riñones, hígado, intestino, pulmón y piel.
Resulta que todos los días hacemos un miniayuno: por las noches mientras dormimos. En el ayuno, eso sucede de forma concentrada y prolongada.
Tienes que hacer el ayuno en un período tranquilo y en condiciones que permitan el reposo, donde no nos presionen para comer y si es posible en contacto con la naturaleza y así nos alimentamos de tierra, agua, aire y sol.
Cuando se realiza el ayuno el cuerpo no tiene hambre fisiológico, al contrario a veces da la sensación de estar lleno, pero si puede tener “hambre psicológica”. Hay que saber diferenciar entre tener que comer y querer comer.
El ayuno viene acompañado de síntomas de desintoxicación y curación que confundimos con síntomas de enfermedad: náuseas, vómitos, dolor de cabeza, lengua blanca y pastosa, orina oscura y olorosa. Los primeros días el cuerpo comienza a hacer el repaso del interior y los síntomas se hacen más fuertes y molestos, especialmente en enfermedades crónicas y graves. Si no lo ves como parte del proceso puedes decidir finalizar el ayuno por error.
No nos debemos olvidar de la inestabilidad emocional. Muchas veces utilizamos la comida para tapar ansiedades, disgustos o preocupaciones.
Estos síntomas son más frecuentes en los primeros días. Al principio empeoran los síntomas, pero no la enfermedad.
Las personas con más energía tienen mayor capacidad curativa y por ello más crisis curativas, por ejemplo los niños.
El ayuno no está recomendado para todas las personas. Está contraindicado para algunas enfermedades:
Si no puedes hacer ayuno, todavía puedes tener la posibilidad de hacer una dieta basada en frutas y crudos, consulta con un nutricionista.
No debes ayunar cuando estés tomando medicamentos químicos. A lo sumo, dependiendo del medicamento, puedes hacer la dieta de frutas o crudos o un ayuno corto.
El efecto de medicamento es mayor cuando se hace un ayuno. Hay que tener especial cuidado con anticoagulantes, betabloqueantes para el corazón, broncodilatadores, insulina y corticoides.
Si fumas, no ayunes. Es una excelente forma para dejar el tabaco. Es estúpido querer eliminar toxinas de nuestro organismo al mismo tiempo que fumamos.
Recordad finalmente: si después del ayuno volvemos a nuestros hábitos anteriores, las enfermedades irán poco a poco apareciendo.
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Esto del ayuno me parece interesante, me gustaría saber por cuanto tiempo o por cuantos días es recomendable hacer, o sea, se puede hacer todos los fines de semana, una vez al mes, cuantos días y por cuanto tiempo es recomendable y saludable hacerlo?
Gracias por su respuesta.
Hola,
Pues depende de cada persona, depende de su estado de salud, de si esta tomando medicación o si esta realizando un ejercicio físico o mental en estos momentos muy duros...
Si solo es porque quiere dar al organismo la oportunidad de limpiarse, de regenerarse y cargarse de energía, se puede hacer una vez al año en primavera u otoño durante 7 días.
Gracias a ti
Un saludo
Soraya