La dieta paleolítica también llamada Paleodieta o dieta Paleo no es un régimen inventado, sino que se basa en aquello que comían los primeros humanos. En 1985 un médico americano, el Dr. Eaton, lo actualizó para que la alimentación ideal correspondiese a aquella que tenían nuestros antepasados. Según el Dr. Eaton, nuestra genética determina nuestras necesidades nutricionales. Ahora bien, ¿son idénticos nuestros genes a los de antes?.
Se habla de un regreso a los orígenes, de una alimentación basada en lo que comían nuestros antepasados cazadores-recolectores, es decir, carne, frutas en poca cantidad y por temporada, verduras, grasas, pescado, huevos y mariscos. En contraposición se eliminan los cereales, productos lácteos, lácteos y legumbres.
En esta dieta no se rige por cantidad de alimento.
El propósito de la dieta paleolítica es pasar de la quema de hidratos de carbono a la quema de grasas. Nora Gedgaudas, compara la quema de carbohidratos a la quema de cientos de hojas de papel y a la quema de grasa con quemar un tronco. Ambos hacen funcionar la chimenea, pero la segunda sin cortes de energía, también hay que tener en cuenta que quemar grasa requiere más energía ya que está tendrá que convertirse en azúcares para su utilización.
Si se tienen problemas de salud, problemas cardiovasculares, problemas renales hay que valorar la situación y la posibilidad de hacer esta transición o alargarla en el tiempo.
A pesar de que generalmente la transición toma una a dos semanas en los jóvenes, puede tomar meses, incluso años, para las personas mayores (especialmente si tienen problemas de salud).
Cocine con grasa de pato, mantequilla clarificada, manteca de cerdo, aceite de nuez de coco si usted lo tolera, o grasa de vaca.
Como todo, tiene una parte buena y otra no tan buena.
Es muy interesante porque esta dieta propone retirar alimentos procesados, alimentos ricos en azúcares simples, aditivos alimentarios, comidas prehechas, etc de los que estamos muy enganchados y se ha comprobado que están generando muchísimas alteraciones de la salud, luego evitaríamos estas alteraciones, además al retirar estos alimentos también ayudaríamos a que el organismo se desintoxique de toxinas y disminuyeran los casos de intolerancias y alergias. Por ello, nos pone en contacto con los verdaderos alimentos.
También nos ayuda a darnos cuenta de las importancia de las grasas y de no tenerlas tanto miedo como está pasando actualmente.
Por otro lado es verdad que no tenemos en cuenta muchas veces las necesidades del organismo y que comemos por costumbres, necesidades que nos generamos y compensaciones emocionales, pero ¿las necesidades del Paleolítico son las mismas que las de ahora? Además proponen un consumo excesivo de proteínas y grasas que aunque estas últimas generen gran energía, no somos capaces de quemar toda esa energía, pues llegar a una cetoacidosis en el organismo también genera otro tipo de alteraciones. Un consumo excesivo de proteínas generan también gran cantidad de desechos que hay que eliminar y en algunos casos un gran estrés para el riñón y el hígado.
Como siempre he dicho, busquemos aquello que nos vaya bien y hagamos una alimentación equilibrada con las necesidades que tenemos actualmente.
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