En todo el tracto digestivo del ser humano tiene unas 10^16 bacterias.
Cuando nacemos nuestro tubo digestivo comienza a colonizarse con bacterias del aire y de los alimentos, al llegar a los dos años la flora bacteria se parece a la del adulto, siempre y cuando no haya habido alguna alteración de la salud o toma excesiva de medicamentos como los antibióticos.
La cantidad de flora varía según la zona, pues en el estómago la cantidad de bacterias es prácticamente escasas ya que la acidez del ácido clorhídrico no las deja que sobrevivan.
En el intestino delgado van aumentando hasta llegar al grueso (colon) en el cual se encuentra la mayor concentración hasta el punto de que las bacterias representan el 80% de las heces.
Al principio en la boca comienza con flora aerobia (necesita oxigeno para vivir) y luego finaliza con flora anaerobia.
Curiosidad: en el duodeno y yeyuno hay bacterias aerobias (colibacilos, enterococos, estreptococos, estafilococos…) en el íleon predominan anaerobias.
Existen unos 500 tipos de bacterias y cada persona tiene su propia flora bacteriana dependiendo de la edad, del sexo, del estilo de vida, etc.
La bacteria intestinal es saprofita, pero cuando no está en equilibrio se convierte en algo patógeno y produce alteraciones como diarreas, estreñimiento, sensación de hinchazón, flatulencias, alergias, intolerancias a ciertos alimentos, picores, cansancio y en el caso de que este desequilibrio se mantenga en el tiempo puede llegar a colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, diverticulosis…
Las bacterias se alimentan de los nutrientes de los alimentos y completan la digestión de los alimentos y la formación de las heces (degradan pigmentos biliares y forman vitamina K, B2,B6, y B12) y frenan el desarrollo de hongos y levaduras, por ello tienen una función inmunitaria.
Si hay un exceso de éstas, liberan toxinas o consiguen atravesar el epitelio intestinal generando síntomas.
«El uso de antibióticos y la mala alimentación que llevamos actualmente provocan un desequilibrio en la flora».
Diversos estudios han demostrado que la flora bacteria intestinal regula la liberación de un péptido YY que es una de las hormonas que provocan la sensación de saciedad después de la comida y además también se ha averiguado que esta flora produce un factor que inhibe la lipoproteinlipasa que es la enzima que se encarga de almacenar los hidratos de carbono en forma de grasa.
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