Las algas o verduras de mar son plantas que viven en el agua y no tienen flores, raíces, ni tallos, ni hojas, pero no por ello son menos nutritivas.
Su composición nutricional es muy rica y su consumo en España comienza a aumentar produciéndose principalmente en Galicia y Asturias, aunque también se utilizan como abonos y piensos de animales.
Suele utilizarse como acompañamiento de guisos, ensaladas, etc. en pequeñas cantidades y su tiempo de cocción randa los 20-30 minutos. Se suelen comercializarse secas para que aguanten más tiempo sin estropearse y luego se hidratan para su uso.
La mayor parte de las algas recolectadas en Europa se emplean para la extracción de ficocoloides, sustancias exclusivas de estos vegetales que no tienen equivalente sintético y que se emplean como agentes gelificantes, espesantes y estabilizantes, interviniendo en multitud de aplicaciones en la industria agroalimentaria, en artículos del hogar y productos biomédicos.
Nos sorprendería saber que llevamos consumiendo algas desde hace años, ya que diariamente utilizamos pasta dentífrica, cosméticos, champú, alimentos para animales, comidas para bebés, derivados lácteos, cremas, sopas de preparación instantánea, recubrimiento de embutidos (jamón cocido) y muchos otros productos que constituyen claros ejemplos de la presencia de las algas marinas en nuestra vida cotidiana. Constituyen los aditivos E-406, E-401, E-402, E-403 y E-404.
Curiosidad: producen el 80% del oxígeno de nuestra atmósfera.
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