Me llena de alegría presentaros a nuestro nuevo patrocinador; Pranarôm, una de las marcas líderes en aromaterapia científica. Estoy encantada de poder colaborar con ellos, para mí esta marca es una de las mejores en aromaterapia, no solo por sus productos sino por su escuela de formación y sus estupendos libros.
Os dejo con este estupendo artículo sobre los aceites esenciales de ha escrito para todos nosotros, Ana Roselló Olivares, Responsable División Herbo Pranarôm.
Los aceites esenciales y Pranarôm
Para todos aquellos donde los Aceites Esenciales ocupan un lugar importante en nuestras vidas escribir un artículo sobre ellos puede resultar todo un reto. La información a trasladar es tan amplia y los temas a tratar pueden ser de tan diferente índole que, a mi parecer, lo más importante reside en no abrumarte con un exceso de información y que estas líneas cumplan el propósito de suscitar en tí la curiosidad y la ilusión por zambullirte en este nuevo mundo que se abre ante tus ojos. A partir de ahí, no me cabe duda de que se te abrirán las puertas para que tú mismo encuentres la manera de cómo deseas trabajar con estas sustancias aromáticas y seas tú, el que paso a paso, puedas ir escribiendo tu propia historia a través de ellos…
Ya hace milenios el faraón Akhenatón pronunció las siguiente palabras:
“Dejadme ahora hablaros de los beneficios de cierto matrimonio… un matrimonio cuya importancia es ignorada o desatendida con demasiada frecuencia. El del Sol y el de la Tierra. Es de esta unión de la que surge en efecto el gran principio del aceite. ¿Por qué hablaros de él? Porque es precisamente el punto de encuentro ideal entre lo sutil y lo denso, y traduce ambos con la misma fluidez. Sí, conoce sus lenguas respectivas con igual precisión. A la vez vertical y horizontal, es la cobra que se desliza por todas partes. ¡Eleva al mismo tiempo que se eleva! Por eso os pido ver ahí uno de los receptáculos privilegiados de los Sagrado”.
Akhenatón alimentaba una visión de orden universal tan “unitaria” que se había vuelto un referente para todos los sacerdotes-médicos de su época. Para él, los aceites representaban el elemento por el cual lo sutil y lo sagrado podían introducirse de modo más fácil hasta el corazón de lo denso. En aquel entonces, entre muchas otras prácticas, los sacerdotes utilizaban ciertas sustancias como los aceites y las resinas en sus rituales religiosos untando con ellos las estatuas de sus divinidades. Akhenatón, gran revolucionario y visionario, rompió con esa cultura que desacralizaba progresivamente el manejo de estas sustancias. Esas prácticas reproducían una mecánica vacía de significado y el sentido se había perdido. Él estimaba que se podía facilitar o amplificar el descenso del Principio divino solar hasta el seno de la materia mediante la utilización inteligente y con amor de un aceite.
Después de la lectura de estas líneas, podemos preguntarnos, ¿qué significa hacer un uso inteligente y con amor de un aceite?. Si los aceites han ocupado un lugar importante en el seno de numerosas culturas ancestrales, ¿qué misterios se ocultan en estas sustancias aromáticas?, ¿qué secretos escondidos albergan en su interior que desean ser desvelados?, ¿cómo llegar a vislumbrar “ese sentido” del que habla Akhenatón? Las respuestas quizá sólo las podamos encontrar si nos permitimos hacer una “inmersión” en este mundo de aromas, moléculas, propiedades terapéuticas, vibraciones, sensaciones, sensibilidad, materia, sutilidad, etc.
Para hacer esa inmersión lo más adecuado sería empezar la casa por los cimientos y a partir de ahí ir construyendo una base firme y sólida de conocimientos y experiencias, sólo de esta manera podremos ir haciendo un uso adecuado y coherente de estas sustancias aromáticas, y lo demás vendrá por añadidura.
Mi abuela siempre me decía: “los pies en el suelo y la mirada en el cielo”. Como dice Akhenatón hacer un uso inteligente de estas sustancias supondría conocer qué tipo de sustancias tenemos entre manos, saber qué es un aceite esencial, porqué es importante seleccionar la calidad de los mismos y de qué manera podemos utilizarlos en nuestras vidas.
En otros artículos podemos tratar temas más específicos y técnicos sobre los aceites esenciales, pero en resumen podemos decir que “Un Aceite Esencial” es un líquido, volátil, concentrado que se extrae de las plantas aromáticas normalmente por destilación por arrastre de vapor de agua. No se trata de una sustancia sencilla ya que está compuesto de numerosas moléculas aromáticas y esta estructura química le confiere diversas propiedades holísticas y terapeúticas. Esto supone que dentro de toda esa vorágine molecular, existen algunas moléculas que pueden tener contraindicaciones y por lo tanto es imprescindible nutrirse de unos conocimientos básicos para evitar cualquier pequeño incidente.
Un típico Aceite Esencial es una increíble mezcla de 50 hasta 400 compuestos químicos diferentes. Cada aceite tiene un perfil químico ideal si no ha sido adulterado con disolventes sintéticos y sustancias artificiales. Un aceite esencial sólo tiene valor si es puro, completo y natural 100%. Si todos los involucrados en cada etapa del proceso – desde el agricultor, el destilador, el importador, el productor, el analizador, el usuario- tienen la integridad y el deseo de crear y utilizar un producto bello, el aceite es de la más alta calidad.
Los aceites pueden ser fácilmente utilizados por los seres humanos debido a su rápida absorción a través de la piel, del sistema olfativo y también a través de otras vías de administración. Debido a la gran variedad de principios activos que poseen tienen un efecto de gran alcance en el cuerpo humano. A través de su permanencia en el cuerpo los aceites realizan muchas funciones en pro de la salud, actuando como catalizadores en sitios receptores de las células. Cientos de estudios clínicos han demostrado la eficacia y la habilidad de los aceites para protegernos contra infecciones bacterianas, víricas o fúngicas. Muchos fortalecen el sistema inmunológico, equilibran las hormonas, son antibacterianos, antivirales, analgésicos, antiinflamatorios, o relajantes o estimulantes del estado anímico de la persona.
Hoy en día cada vez más se habla sobre la conexión cuerpo-mente y se está descubriendo que nuestro estado de salud involucra nuestros pensamientos y sentimientos, tanto como a la presión arterial y al sistema inmunológico. De hecho existe una relación vital entre los estados mentales y físicos a través de los neurotransmisores y del sistema hormonal. Los aceites esenciales ayudan a mantener estos sistemas equilibrados y las emociones en alto.
Debido a que los aceites son tan eficaces para equilibrar las emociones, centrar la mente (la influencia de su fragancia en ciertas áreas corticales explica su actuación en lo mental, lo psicológico y lo espiritual), eliminar el dolor físico, la inflamación y la toxicidad…, su enfoque multinivel es perfecto para la salud cuerpo-mente. Podemos concluir diciendo que los aceites trabajan en todo el cuerpo, es decir, de manera integral, para sanar física y emocionalmente.
¿Por qué no permitir entonces que los Aceites Esenciales movilicen nuestro día a día, entibien nuestras emociones y nos nutran de energía mental para llevar a cabo nuestros proyectos? Quizás es tiempo de dejarse impregnar por ellos, ofreciéndoles ese espacio bien merecido en nuestra cotidianidad. Introduciéndolos, por qué no, en nuestra crema diaria, en nuestro botiquín familiar, en nuestros hogares o lugares de trabajo mediante el uso de un difusor atmosférico, o sencillamente como ingredientes estrella en nuestras recetas preferidas,….. Et voilà!!! Sentir qué ocurre en nosotros y observar qué cambios se producen a nuestro alrededor. Probablemente nos daremos cuenta que resultan ser unos increíbles equilibradores y dinamizadores en nuestras vidas acercándonos a esa sensibilidad que habita en cada uno de nosotros y acercándonos a lo mejor de nosotros mismos (quizá este sea el “sentido” del que nos hablaba Akhenatón).
Apreciemos la forma en que estas fuerzas aromáticas casi invisibles agudizan nuestros sentidos e introducen tan sutilmente en nosotros el valor de lo esencial en nuestras vidas.
¡Atrévete a descubrirte a través de ellos!
“Vivir, estar vivo, significa estar en movimiento, evolucionar, transformarse a uno mismo y transmutar las cosas de acuerdo con la alquimia del espíritu y el cuerpo” Marguerite Maury.
Por todos estas motivos en estos momentos Pranarôm crea un nuevo canal de distribución y apuesta por acercar este gran regalo que nos brinda la naturaleza a todos aquellos que deseen nutrirse de la magia de los aceites esenciales. Y lo hace contando con el apoyo de esos herbolarios y tiendas especializadas dirigidas por esos grandes amantes de la fitoterapia que saben y se maravillan día tras día del gran poder que ejercen las plantas sobre nuestro organismo.
Contando con su pasión y experiencia Pranarôm colabora con ellos formándolos en todo lo que respecta al ámbito de la Aromaterapia creando de esta manera profesionales que pueden asesorar y aconsejar coherentemente a aquellos que se inician en este maravilloso arte de jugar con la vida.