Llevo un tiempo que cada vez estoy más meditativa, que necesito un poco de recogimiento conmigo misma, y la práctica que veo más sencilla es la de meditación Vipassana, ya que la puedo usar con cada pequeña cosa que hago a lo largo del día, simplemente observando y tomando conciencia.
He encontrado en un viejo libro de meditación una práctica que no deja de ser meditación de observación enfocada a acordarse de uno mismo.
Desarrollar nuestra capacidad de ser conscientes de lo que estamos haciendo se llama acordarse de uno mismo. Esta práctica nos permite ajustar nuestras percepciones y acciones. Lleva calma, claridad y libertad a la mente, cualidades necesarias para reconocer los limitadores patrones de nuestro pensamiento y acciones habituales y para elegir las opciones más creativas y eficaces. Con este consciente estado podemos guiar nuestra vida hacia las metas que nos fijamos.
La práctica
Esto lo podemos repetir de memoria o lo podemos leer, siendo conscientes de lo que estamos diciendo o leyendo, pero también podemos poner la atención plena cuando de verdad estamos haciendo cada una de las acciones a lo largo del día. Eso nos permite centrar y calmar la mente.
Al inspirar, sé que estoy inspirando.
Al espirar, sé que estoy espirando.
Al escuchar, sé que estoy escuchando.
Al tocar, sé que estoy tocando.
Al levantarme, sé que me estoy levantando.
Al sentarme, sé que me estoy sentando.
Al pensar, sé que estoy pensando.
Al tener miedo, sé que estoy teniendo miedo.
Al experimentar alegría, sé que me estoy alegrando.
Al desear hacer algo, sé que lo estoy deseando.
Al empezar, sé que estoy empezando.
Al leer, sé que estoy leyendo.
Al terminar, sé que estoy terminado.
Sugerencias
Da un paseo con plena consciencia.
Escucha música con plena consciencia.
Disfruta de una comida con plena consciencia.
Sobre todo, concentra con entusiasmo tu mente en lo que estás haciendo. Cuando se distraiga, céntrate de nuevo en lo que estabas haciendo, vuelve a la práctica de acordarte de ti mismo sin criticarte ni juzgarte.