El panal de miel o el panal de abejas es una delicia que todos deberíamos probar. Está lleno de beneficios para nuestra salud y les encanta a los más pequeños.
Todos los productos obtenidos de la apicultura son un verdadero regalo para nuestro salud y son estupendos para prevenir y tratar enfermedades respiratorias como catarro, gripe y alergia primaveral.
La miel de panal apenas está tratada manteniendo así todas sus propiedades medicinales. No solo contiene miel, también tiene una gran cantidad de propóleo, polen, jalea real y cera. Todo esto reunido hace que sea un «super alimento» que nos protege y nos fortalece.
Importante: para consumir con seguridad panal de miel, os recomiendo que sea de origen ecológico ya que sino nos comeremos un montón de químicos. Muchas veces si compramos a un apicultor local, podemos estar más tranquilos y saber exactamente que es lo que estamos tomando, aunque no tenga la denominación de origen ecológico.
El mejor momento para tomar la miel de panal es a primeros de otoño o cuando empiezan los cambio de tiempo. De manera preventiva será mucho más efectiva y sobre todo si lo combinamos con la toma de jalea real fresca, extracto de propóleo, infusiones o extracto de equinácea.
En cuanto haya una molestia de garganta, de oídos o congestión nasal, debemos comenzar a consumirla, esto ayudará a que mejoremos más rápido. Por supuesto, debemos hacer un tratamiento adecuado acorde a la patología que tengamos.
Para alérgicos al polen, se recomienda que se tome panal de abejas al menos un mes antes de la primavera o la época que corresponda con la polinización que les afecte. Algunos naturópatas aconsejan tomarlo en ciclos de cuatro días a la semana, antes de la primavera.
Puede ser muy interesante que los niños que puedan ser más sensibles al polen (por ejemplo niños con alergias alimenticias y/o dermatitis atópica), sin llegar a ser alérgicos, puedan consumir de manera habitual este producto para prevenir la alergia o minimizar la intensidad de su brote.
Para todas las personas, sobre todo si son amantes de la miel y sus derivados. Es una verdadera «delicatessen».
Es estupendo para personas que tengan cierta facilidad para padecer problemas de garganta, boca y nariz. También personas mayores y niños.
No se recomienda que la tomen personas diabéticas y alérgicos al polen que sufran anafilaxia o una alergia severa.
Al no estar tratada la miel ni el resto de componentes, no se recomiendo su ingesta en menores de 1 año, ya que puede haber esporas de botulismo.
Aunque la cera del panal es comestible, por lo general, lo que se hace es masticar un cacho de panal como si fuera un chicle, se saca todo su jugo y se retiran los restos.
Para mi es como si fuera una especie de chuchería natural. Lo mastico como un chicle y listo. Mi hija la mayor le encanta, la doy un poquito y siempre repite. Cuando ya queda poco panal pero si queda miel, le doy un poco en una cucharita y la va comiendo como si fuera un caramelo.
Hay personas que lo que hacen es extraer la miel filtrando el panal por medio de una gasa o similar, pero para mi esto es una pena porque se pierden muchos principios importantes que podemos usar si la mascamos.
La miel y todos los derivados de la apicultura son una joya para nuestro bienestar, os invito a que los conozcáis y para que comencéis a disfrutar de todos sus beneficios que mejor que unos caramelos de miel y propóleo.
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