La berenjena es una verdura medicinal por ello debemos intentar consumirla tanto como podamos.
Durante muchos año yo no podía ni verla por su sabor tan amargo, pero gracias a mi suegra la he cogido el tranquillo, solo hay que dejarla en agua con sal durante un rato (si cambias el agua varias veces mejor) y después la secamos con un poco de papel o un paño de tela limpio.
Esta receta es muy sencilla para elaborarla y realmente buena nutricionalmente, os invito a que la probéis.
Doy gracias a Rossy por esta estupenda receta (la fuente original de esta receta es la web de la Ong Defensa animal).
Cortamos en trozos la berenjena. Freímos la berenjena con aceite de oliva con un poco de sal.
En un recipiente aparte, hacemos un sofrito con la cebolla y el ajo, una vez hecho, incorporamos el resto de los ingredientes.
Batimos todos los ingredientes hasta conseguir una textura cremosa.
Debemos servir frío, lo untaremos sobre pan tostado como un canapé o aperitivo.
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