El aceite de argán es el más popular de los aceites cosméticos en la actualidad.
Su fama se la otorga tanto su origen marroquí, como las propiedades y beneficios que aporta a la piel en su cuidado con cosméticos.
Usos faciales
La aplicación en el rostro de este ingrediente cosmético es el uso más común que se le da. Hay diversas formas de extenderlo. Puede ser junto a el cosmético que emplees habitualmente, añadiendo algunas gotas de aceite, o mediante uso directo del mismo.
Las ventajas del primer método se encuentra en que facilitan la penetración del producto si la crema tiene la calidad suficiente. El inconveniente es que la efectividad del tratamiento también depende del otro cosmético.
Por su parte, la aplicación directa es ideal si la piel es muy seca, pues la mantiene hidratada durante largos periodos de tiempo. El inconveniente es que la penetración del aceite no es igual.
Usos corporales
Los masajes de pareja son uno de los usos principales. También juega un papel fundamental para algunos dermatólogos en la reducción de las estrías del cuerpo, las cicatrices y en otros tratamientos de la piel.
Usos capilares
Existen trucos para el cuidado del pelo con aceite de argán. Los cabellos difíciles agradecen tratamientos con argán ya que tiene las mismas capacidades nutritivas y regeneradoras sobre el cabello que en el rostro. Tiene la función de desencrespar y alisar, así como darle un brillo característico.
Algunas personas lo dejan actuar sobre el cuero cabelludo y las puntas mediante una toalla húmeda y caliente. Después lo enjuagan y retiran con el champú habitual para que el pelo no quede graso.
El resultado es un pelo fortalecido, con brillo y volumen perfecto.
Fuentes: Aceite de Argán Web, Wikipedia.
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