De la judía verde podría decirse que es hortaliza por fuera y verdura por dentro.
Su temporada natural en nuestro país abarca desde el mes de mayo hasta octubre. Es cuando más beneficios tiene y sus nutrientes están más en esplendor.
Energéticamente, 100 g en crudo de judías verdes proporcionan unas 25 kcal. Tienen un alto contenido en agua, un 2% de proteínas, un 4% de hidratos de carbono, nada de grasa y unos 3 g de fibra.
Tiene un mínimo aporte de sodio y alto en potasio, lo cual conviene y permite su consumo habitual a personas con tensión alta.
Destaca también la presencia de cobre, fósforo y calcio.
Para cuidar que las vitaminas no se pierdan hay que cocerlas, o mejor hacer al vapor, durante poco tiempo. Son ricas en vitamina C y ácido fólico). Aporta buenas cantidades de betacaroteno, precursor de la vitamina A, y otras del grupo de vitamina B como la riboflavina o B2 y la piridoxina o B6.
Antioxidantes. La vitamina C, el betacaroteno y los flavonoides, concretamente la quercetina, suponen un potencial antioxidante muy importante en la prevención de enfermedades como ciertos tipos de cáncer, trastornos cardiovasculares o cuadros degenerativos como el alzheimer.
Silicio. Relacionado con una mejor densidad ósea en la madurez.
Fibra soluble e insoluble. Aporta de las dos. La insoluble actúa sobre la dinámica intestinal, reduce el riesgo de estreñimiento. Y la soluble disminuye la absorción intestinal del colesterol alimentario y modula la entrada digestiva de glucosa.
Proteínas. Sus proteínas contienen el aminoácido lisina, lo que permite completar las de los cereales, deficientes en este aminoácido. Esto es importante en alimentaciones restrictivas o carentes de proteína animal, ya que ayuda a aprovechar mejor las proteínas ingeridas.
Se pueden tener en su punto en 8 u 10 minutos.
Para que no pierda color a veces se le echa bicarbonato al agua, pero eso acelera la pérdida de vitaminas.
Se cuecen destapadas y se echa la sal hacia el final. Cuando están al dente, se escurren y se pasan por agua fría para cortar la cocción y contraerlas.
Es muy aconsejable cocinarlas al vapor, ya que respeta la riqueza nutricional y realza el sabor, sobre todo de la judía tierna.
Conviene aderezarla con aliños suaves, como la ajedrea, el cilantro, el perifollo, el perejil y el eneldo, pero bastaría con un chorro de aceite de oliva o una vinagreta suave. Es ideal para ensaladas y salteados creativos.
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