Hoy en día los médicos consideran que un embarazo ha llegado a término del todo en la semana 40 y como mucho respetan tu ritmo 1 semana o 10 días más si se retrasa. En ese momento ya deciden inducirte el parto, siguiendo protocolos y sin importar que tu placenta y tu bebé estén en perfectas condiciones y no les importe estar calentitos un poco más en nuestro útero.
Además, seguro que a ninguna mamá nos cuadran las cuentas con las del ginecólogo, que empieza a contar nuestra gestación desde la fecha de la última regla, cuando todas sabemos que por lo menos hasta 12-15 días después de esa regla, cuando se produce la ovulación, no nos hemos podido quedar embarazadas. Con lo cual nos están quitando 2 semanas de margen.
Pero como no podemos luchar contra esos protocolos, que se crean para nuestra supuesta seguridad y la de nuestro hijo, nos encontramos cada vez con más casos de partos inducidos o por lo menos con el aviso del ginecólogo de que te lo van a tener que inducir.
¿Y esta inducción cómo se hace?
Normalmente y que yo sepa, con oxitocina química. Como no es una oxitocina que esté produciendo el propio cuerpo, los partos tienden a alargarse o incluso no se desencadenan y la historia termina en cesárea. Además, esa misma oxitocina producida por nuestro cuerpo en el momento en que de verdad tenemos que parir y que se produce entre otras cosas para que comience el parto de forma natural, hace que nuestro cerebro y nuestra memoria sensorial olviden los momentos más dolorosos del trabajo de parto y luego solo recordemos lo maravilloso que es tener a nuestro hijo ya por fin con nosotros.
Si la oxitocina es química y nos la inyectan para provocar el parto, los efectos buenos no se producen en nuestro cerebro.
Además de exponer mi crítica, lo que quiero en este post es dar algunos consejos para que vayamos preparando nuestro cuerpo para un buen trabajo de parto y que los utilicemos sobre todo si nos avisan de que van a tener que inducirnos el parto.
A mí con mi primer hijo por 3 días no me lo indujeron al final, el cuello del útero no estaba evolucionando como debía las semanas previas, pero empecé con estos remedios y cuando por fin se desencadenó de forma natural mi parto, todo fue como la seda, dilaté sin problema, casi no tuve puntos y la zona del periné y músculos vaginales se recuperó enseguida.
Estos consejos son para llevar a cabo después de la semana 37, que es cuando se han formado los pulmones y el embarazo se podría considerar a término.
Tomar infusión de hoja de frambueso con canela
La dosis recomendada es de 1 litro diario y se prepararía con 4 cucharadas soperas de las hojas y 1 rama de canela. Se hierve todo durante 10 minutos en poco más de 1 litro de agua, por lo que se pueda evaporar, se cuela y se toma como agua de uso.
La canela es calorífica y activa nuestra energía Yang para que se inicie el movimiento necesario en nuestro cuerpo. Las hojas de frambueso son tónico del útero y por tanto estimulan su riego sanguíneo y su actividad muscular.
La infusión puede endulzarse con miel, sirope de ágave o azúcar de caña.
Infusión de manzanilla
La manzanilla es relajante y por tanto puede ayudar, tomada en dosis grandes, también como 1 litro diario, a que los músculos de nuestro vientre, nuestro útero, nuestra vagina y nuestro periné se relajen y favorezcan el trabajo de parto.
Hacer ejercicios sobre la pelota de Pilates
Estas pelotas de gran tamaño, entre 55 y 85 cm de diámetro, se encuentran en las tiendas de deporte a muy buen precio.
Consiste en 1 ó 2 veces al día, durante unos 10 minutos, sentarnos sobre la pelota, con las piernas abiertas de forma cómoda, y hacer girar la cadera con círculos amplios, primero para un lado y luego para el otro, como si hiciéramos girar el hoola hop.
También hay que hacer vasculación de la pelvis, empujando con la cadera para adelante y para atrás y luego hacia los lados. Nosotras creamos nuestro propio ritmo y hacemos las repeticiones que queramos durante esos 10 minutos.
Otro ejercicio que nos ayuda a soltar los huesos y músculos de la cadera es el botar sobre la pelota.
La primera matrona que me recomendó el trabajo con pelota nos lo explicó contándonos que somos como un molde de tarta que debemos mover para que el pastel se suelte y salga bien :))
Cuando se desencadena el parto pero las contracciones no se terminan de regular e incluso pueden llegar a pararse, también es bueno hacer los ejercicios sobre la pelota. Las contracciones se regulan y el parto se acelera. Yo lo hice y el parto pareció coger carrerilla.
Todos deben realizarse con una pelota que nos permita apoyar los pies bien en el suelo y debemos estar agarrados a una mesa o el respaldo de una silla.
Yo mido 1,55 y uso la pelota de 55 cm, por si os sirve de guía.
Caminar
Esto es lo primero que nos recomiendan los médicos.
Depende de la forma física en la que nos encontremos podemos caminar más o menos tiempo. Se recomienda sobre todo en las últimas semanas de embarazo unos 30-40 minutos por la mañana y lo mismo por la tarde.
Si se aguanta sin agotarse el caminar 1 hora seguida, perfecto también. Si no es mejor partir el tiempo.
Esto nos da resistencia pulmonar y hace que con la gravedad el bebé vaya bajando y colocándose en su sitio para el parto, además de que con su cabecita está empujando los músculos de nuestro útero, vagina y periné, lo cual hace que se genere la oxitocina y el parto de forma natural.
Incluso cuando ya estamos de parto conviene seguir caminando lo que podamos.
Si se puede dar los paseos por una zona arbolada o un buen parque mucho mejor, porque nos estaremos cargando del mejor oxígeno posible.
Otro método que podemos utilizar para favorecer nuestro parto puede ser la aromaterapia.
Espero que utilicéis estos consejos y tengáis un buen trabajo de parto con un final muy muy feliz.