Aunque existen infinidad de productos cosméticos en el mercado, deberíamos decantarnos por los naturales o de elaboración propia, puesto que muchos componentes industriales acidifican nuestro medio interno y a la larga son contraproducentes.
Por el contrario, los aceites vegetales naturales, las ceras y las cremas, combinados con aceites esenciales seleccionados, constituyen perfectas ayudas cosméticas porque penetran profundamente en la piel, alcanzando los pequeños capilares sanguíneos, rejuveneciendo por tanto la piel desde dentro.
Las aguas florales tonifican sin deshidratar la piel y poseen una suave acción bactericida.
Cada tipo de piel requiere un tratamiento individual, pero una buena rutina básica, que lleva muy poco tiempo, consiste en limpiar, tonificar e hidratar la piel cada mañana y cada noche.
Semanalmente se complementa con un tratamiento nutritivo, de limpieza y revitalización.
En otros post os hemos dado ideas sobre cómo hacer cremas, limpiadoras, mascarillas y exfoliantes.
Todas las noches
Eliminar suciedad y maquillaje con un aceite vegetal suave (coco, almendras dulces) o una limpiadora casera y un algodón suave.
Aclarar con un trozo de tela suave o un algodón mojado en agua templada.
Refrescar la cara y el cuello con un agua floral o un tónico adecuado a su tipo de piel.
Aplicar un aceite hidratante o una crema de noche.
En el contorno de ojos se puede utilizar unas gotas de germen de trigo.
Todas las mañanas
Aquí no doy tanta importancia a la limpieza, si nos hemos limpiado por la noche. Bastaría con lavarnos con agua. Si se prefiere, se podría hacer el mismo ritual que por la noche.
Refrescar la cara y el cuello con un agua floral o un tónico adecuado a su tipo de piel.
Aplicar una crema o aceite hidratante suave con protección solar. Dejar absorber antes de maquillarse.
Una vez a la semana
Para eliminar las células muertas y la suciedad de la superficie de la piel, utilizar un cepillito adecuado y/o una crema exfoliante,
Se puede dar un baño de vapor, colocando la cara, cubriendo la cabeza con una toalla, a unos 30 cm de una cacerola donde hayamos echado agua muy caliente. Así se abren los poros y se limpia la piel en profundidad, desintoxicándose y haciendo que la sangre acuda al rostro, renovando, entre otras cosas el oxígeno.
Dar un masaje activador, en sentido ascendente, usando aceite de prímula, aguacate o borraja.
Aplicar una mascarilla en sentido ascendente en cuello y cara.
Dejar actuar 20 minutos y retirar con agua tibia y la ayuda de un algodón.
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