Siempre que se acerca la Semana Santa mi familia empieza a decir lo mismo: «Ya huele a torrijas».
No sé cuál es el motivo, pero parece que las torrijas no pueden hacerse el resto del año. Quizás, por eso, las esperamos con tanta ansiedad. Por eso y porque están buenísimas.
La torrija, para aquellos que no lo sepáis, es un dulce típico de España que se come en Semana Santa. Está hecho a base de pan medio-duro con mucha miga, leche, azúcar, huevo y canela.
En casa formamos una cadena para hacerlas, uno las moja en leche, otro las fríe y otra se las va comiendo antes incluso de enfriarse. Es una tradición hacer las torrijas en familia. Pero…
Mi hija mayor es alérgica a la leche y al huevo con lo que la tradición estaba en peligro. Tuve que recopilar información para hacer torrijas veganas (sin leche y huevo) que mi hija pudiese hacer y comer.
Sustituir la leche de vaca es sencillo con una leche vegetal, yo utilizo leche de avena, pero se puede hacer con leche de soja, almendra o arroz.
Los pasos comunes a todas las recetas que voy a contaros, son muy sencillos:
Ahora, empieza lo bueno. La torrija debería rebozarse en huevo y freírla, pero encontrar un sustituto al huevo no es tan fácil como con la leche. Estos son los resultados de mi investigación.
La torrija se fríe tal cual, sin rebozarla en nada. Se mete en aceite bien caliente y ya está.
El resultado deja mucho que desear, no se parece demasiado a una torrija en su sabor. Queda muy grasienta, al punto de que es bastante indigesta.
Mi valoración personal: no merece la pena intentarlo.
La torrija se mete en un rebozado previo a la fritura. Esta receta la hice gracias a creativegan. Para hacerlo necesitamos estos ingredientes:
Hacemos el rebozado de esta forma:
Esta opción se parece bastante a la torrija tradicional, no hemos notado el sabor a garbanzo en ningún momento.
Solo hay un pero, cuidado con la cobertura, si os pasáis lo que conseguirás es una torrija en tempura. La cobertura se endurecerá demasiado y no conseguiréis el efecto suave de comer una torrija y que se os deshaga en la boca. Ya he dicho que me encantan las torrijas, ¿verdad? 😉
¿No sabéis lo que es el aquafaba? No os preocupéis, yo tampoco hasta que mi sobrina me comentó que los veganos lo utilizaban como sustituto de la clara de huevo. El aquafaba es agua que resulta de la cocción de los garbanzos.
Cuando compramos un bote de garbanzos de cristal, es el agua que desechamos. Ese agua tiene esa textura casi-gelatinosa debido a las proteínas que el garbanzo desprende en su cocción.
Para este rebozado vamos a necesitar:
Es muy sencillo, con un poco de almidón de maíz, vamos espesando el aquafaba hasta que tenga la textura aproximada de un huevo batido. Después freímos y ya está.
Mi opinión personal,de todos los métodos es el que se parece más a la torrija tradicional. Hay que mirar bien el punto de la mezcla de aquafaba con el almidón y estar pendiente de no añadir más agua a la mezcla al apretar demasiado el pan mojado dentro.
Si se aclara demasiado la mezcla empieza a dejar la torrija final demasiado grasienta.
Con esta receta vamos a conseguir una torrija sin freir, el horno se encargará de darle ese punto dorado tan bonito.
Vamos a necesitar para la cobertura:
Hacemos la cobertura como siempre. Buscamos esta vez un punto más denso al del huevo para que la cobertura no se escurra de la torrija y se vaya al papel de horno. Después las metemos al horno y esperamos unos quince minutos.
Con diferencia la opción más sana. Al eliminar la fritura, eliminamos todo el aceite que se queda en la torrija. Pero, aunque por fuera parezca una torrija, su sabor no se parece demasiado. Queda demasiado seca en su interior.
Las torrijas veganas son posibles. Un camino abierto para veganos y para alérgicos al huevo y a la leche.
Si prefieres la opción más sana, escoge el horno sin dudarlo. Échale poco azúcar o utiliza un buen sirope de ágave.
Si prefieres la opción más parecida a la torrija normal, utiliza el aquafaba o la harina de garbanzos para darle la cobertura. Dáselo a alguien que no sepa como están hechas y verás que no se nota demasiado la diferencia, sobre todo si a la torrija le viertes almíbar por encima.
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