Muchas mujeres sufren de molestias y problemas durante su menstruación a lo largo de toda su vida fértil y toman medicación para paliar los síntomas pero pocas se deciden a conocer su ciclo y el posible problema que puedan tener como por ejemplo una mala alimentación.
Hace unos meses gracias a Carla Trepat de el tesoro de Lilith descubrí «Viaje al ciclo menstrual» de Anna Salvia. Este libro nos enseña todo lo que se nos ha olvidado sobre nuestro ciclo menstrual, un verdadero viaje a nuestro interior.
Me decidí a contactar con Anna, pensé que hacerle una entrevista podía ayudarnos a muchas de nosotras. Aquí os dejo la entrevista, espero que os sea muy útil 🙂
La entrevista
1. Háblanos de tu libro «Viaje al ciclo menstrual».
Se trata de un libro que explica de forma fácil de entender y con ilustraciones qué es el ciclo menstrual y cómo sacarle partido. En él encuentras la información básica sobre el ciclo menstrual que, desde mi punto de vista, todas las mujeres deberíamos tener desde la pubertad y que es imprescindible para relacionarnos con nosotras mismas y con nuestro entorno. También contiene un método de autoconocimiento para comprender las características de tu ciclo en particular e integrarlas.
2. ¿A quién va dirigido? ¿De alguna edad en especial?
Va dirigido a todas las mujeres en etapa fértil, es decir, que se encuentran entre la primera y la última regla. Para menores de quince años, recomiendo que se lo lea la madre y lo comparta con su hija, puesto que puede ser un poco difícil para ellas. Aunque va dirigido a mujeres en etapa fértil también es muy útil para los hombres y para las mujeres maduras, ya que les ayudará a entender a las mujeres que menstrúan y a convivir con ellas.
3. ¿Por qué es tan importante para nuestra salud conocer nuestro ciclo menstrual?
El ciclo menstrual nos afecta a todos los niveles: físico, mental, emocional, sexual, relacional, instintivo y espiritual. ¡Durante unos 35 años de nuestra vida! Si no lo conocemos bien, podemos confundir características saludables de una fase con trastornos o enfermedades.
Es lo que ocurre por ejemplo con el Síndrome Premenstrual (SPM), que la mayoría de síntomas que lo conforman son normales en la etapa premenstrual y los más desagradables son saludables, puesto que nos indican que debemos cambiar de ritmo y acomodarnos a uno más pausado e introspectivo para esta etapa. Es un síndrome que ilustra la falta de conocimiento del ciclo menstrual que tienen los médicos y toda nuestra cultura.
4. ¿Cómo recomiendas que conozcamos nuestro ciclo? Por favor, explicamos un poco tu método.
El ciclo se conoce dejando de negarlo y poniéndole atención. Como todo en la vida, si alguien nos explica cuatro cositas antes de la observación, pues nos lo pone más fácil. Por esta razón, mi método de autoconocimiento consiste en conocer primero teóricamente las bases del ciclo menstrual con un enfoque holístico que incluya todos los niveles de los que hemos hablado y, en segundo lugar, realizar una observación del propio ciclo, con unos materiales que sirven de guía para saber en qué debemos fijarnos: las pistas físicas que nos regala nuestro cuerpo (moco cervical, temperatura basal, cuello del útero) nos ayudarán a identificar la ovulación y el diagrama circular a registrar cómo cambiamos y qué patrones se repiten.
5. En tu web hemos visto que realizas talleres y charlas, ¿de qué tratan exactamente? ¿Dónde las impartes?
En los talleres y charlas facilito un espacio en el que compartir conocimientos y vivencias sobre la sexualidad partiendo de la premisa de que todos y todas tenemos mucho conocimiento de este ámbito de la vida, lo que ocurre es que a menudo esta información está escondida y desordenada. Así que lo que hago es plantear preguntas y actividades que nos ayuden a ordenar y recuperar este conocimiento.
Los talleres que imparto suelen ser sobre el acompañamiento de la sexualidad de lxs hijxs, el ciclo menstrual, la sexualidad durante el ciclo reproductivo, la menopausia y la salud sexual.
6. ¿Crees que si a una niña la vamos educando desde pequeña sobre el ciclo menstrual podemos ahorrarla tener problemas menstruales en el futuro? ¿Qué beneficios podría tener por ello?
La mejor educación sexual que podemos darle es que la madre (y el padre/madre) tenga una relación saludable con su propia sexualidad, de modo que le salga espontáneamente hablar con las hijas de su ciclo. El ciclo menstrual se aprende desde que venimos al mundo a través de los adultos que nos rodean.
Una educación sexual que incluya una visión consciente del ciclo menstrual (y las otras etapas de la sexualidad de las mujeres) permite que la niña conozca bien su cuerpo, de modo que sepa tomar decisiones conscientes y responsables cuando empiece a tener relaciones sexuales y se sienta segura y empoderada con su naturaleza cíclica y pueda sacar todo el potencial que reside en su interior.
7. Piensas que cada vez las mujeres estamos más abiertas a conocer nuestro ciclo y a nosotras mismas?
¡Si! He notado un cambio muy positivo sobre este tema. Las mujeres que vienen a mis talleres y charlas conocen mejor su ciclo menstrual o al menos no les suena tan nuevo lo que trabajamos. También se nota en internet, hay mucho más material sobre este tema que cuando empecé a interesarme por él hace unos siete años. Aun así, nos queda mucho camino por recorrer.
8. ¿Tienes algún remedio natural para cuidar de nuestro ciclo?
El mejor remedio natural es aprender a escuchar las necesidades que tenemos en cada momento y respetarlas: de actividad/descanso, nutritivas, relacionales, creativas, sexuales, etc.
9. ¿Qué opinas sobre la copa menstrual? ¿Y de las compresas lavables?
La copa menstrual y las compresas lavables están ayudando a muchas mujeres a sanar su relación con la menstruación, puesto que nos ponen en contacto con el sangrado y provocan una resignificación automática del mismo: pasa de ser un desecho a ser una parte hermosa y valiosa de nosotras mismas. He compartido esta experiencia con muchas mujeres y la mayoría explica hermosos relatos de la primera vez que vio su sangre menstrual vaciando la copa o lavando las compresas.
Sin embargo, un paso más allá de las copas y compresas es evacuar el sangrado donde queramos sin necesidad de usar pañales menstruales: lo llamamos el «sangrado libre». Cada vez más mujeres están aprendiendo a hacerlo. Yo lo practico desde hace unos cuatro años luego de unos años de usar la copa. Se trata simplemente de escuchar nuestro útero y respetar sus ritmos de evacuación, exactamente como hacemos con la vejiga. ¡Vale la pena probarlo!